e-ISSN 2395-9134
ArtículosEstudios Fronterizos, vol. 23, 2022, e096

https://doi.org/10.21670/ref.2212096


Reconfiguraciones espaciales y sociodemográficas de las migraciones chiapanecas a Estados Unidos (2009-2016)

Spatial and sociodemographic reconfigurations of the migrations from Chiapas to the United States (2009-2016)

Guillermo Castillo-Ramíreza * https://orcid.org/0000-0001-8188-9929
Jorge González Sáncheza https://orcid.org/0000-0002-2199-8389

a Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Geografía, Departamento de Geografía Social, Ciudad de México, correo electrónico: saudadegris@yahoo.com; gcastillo@geografia.unam.mx; jorgos@unam.mx

* Autor para correspondencia: Guillermo Castillo-Ramírez. Correo electrónico: saudadegris@yahoo.com; gcastillo@geografia.unam.mx


Recibido el 14 de junio de 2021.
Aceptado el 21 de junio de 2022.
Publicado el 5 de Julio de 2022.

CÓMO CITAR: Castillo-Ramírez, G. & González Sánchez, J. (2022). Reconfiguraciones espaciales y sociodemográficas de las migraciones chiapanecas a Estados Unidos (2009-2016) [Spatial and sociodemographic reconfigurations of the migrations from Chiapas to the United States (2009-2016)]. Estudios Fronterizos, 23, e096. https://doi.org/10.21670/ref.2212096

Resumen:
Durante el contexto histórico del gobierno de Barack Obama y debido a la crisis económica estadounidense (2008), este artículo argumenta que hubo reconfiguraciones espaciales y sociodemográficas de las migraciones chiapanecas indocumentadas a Estados Unidos (2009-2016). Con base en la revisión de la Emif Norte y de datos de recepción de remesas y de mexicanos devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses, este texto discute los cambios espaciales y sociodemográficos de estas migraciones y cómo estos procesos implicaron dinámicas de decrecimiento del volumen demográfico de migrantes, reducción de recepción de remesas, transformaciones de los sitios de origen y destino y cambios de los lugares y costos de cruce fronterizo. No obstante, también acontecieron procesos de continuidad en ciertos lugares de origen y destino, y del perfil y antecedentes laborales de los migrantes. El aporte del trabajo es mostrar las migraciones chiapanecas como construcciones sociohistóricas no estáticas y con dinámicas espaciales diferenciadas.
Palabras clave: migración internacional, cambios espaciales, migrantes, geografía de la migración, Estados Unidos.


Abstract:
During the historical context of the Barack Obama administration and due to the US economic crisis (2008), this article argues that there were spatial and sociodemographic reconfigurations of undocumented migrations from Chiapas to the United States (2009-2016). Based on the review of the Emif Norte (Survey on Migration on the Northern Border), and data on the reception of remittances and Mexicans returned by the US immigration authorities, this text argues that the spatial and sociodemographic changes of these migrations implied dynamics of decreasing demographic volume of migrants, reduction in the reception of remittances, transformations of the places of origin and destination, and changes in the places and costs of border crossings. However, there were also processes of continuity in certain places of origin and destination, and in the profile and employment history of migrants. The contribution of the work is to show the Chiapas migrations as non-static socio-historical constructions and with differentiated spatial dynamics.
Keywords: international migration, spatial changes, migrants, Geography of migration, United Stated of America.


Introducción

Las migraciones internacionales, aunque no son procesos nuevos y han estado relacionadas a dinámicas de los Estados nacionales modernos (Castles, 2008; Gregory et al., 2009), son parte actual y estructural de las transformaciones globales del mundo contemporáneo, en relación con los mercados laborales, los cambios socioeconómicos, las remesas, las transformaciones culturales, entre otros (Brettell & Hollifield, 2015; Lucas, 2014; Vertovec, 2014). De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), las migraciones se han incrementado a nivel mundial desde finales de la segunda mitad del siglo XX (Anuario de migración y remesas México 2018, 2019; Conapo, 2014). De poco más de 77 millones de migrantes en 1960, se pasó a más de 257 millones para 2017 (Anuario de migración y remesas México 2018, 2019).

A nivel internacional, la migración mexicana a Estados Unidos de América (EUA), sobre todo la de tipo irregular, ha sido una de las más grandes del mundo (Anuario de migración y remesas México 2018, 2019). Además, cuenta con una larga historia de más de un siglo (Durand & Massey, 2009) y presenta una selectividad geográfica en la distribución de los lugares de origen y destino (Anuario de migración y remesas México 2018, 2019; Conapo, 2012). No obstante, a raíz de la crisis de la economía de EUA en 2008, esta migración tuvo un punto de inflexión y experimentó una acentuada reducción (Ley Cervantes & Peña Muñoz, 2016). Esto provocó un cambio en relación con los rasgos espaciales, sociodemográficos y económicos que la habían caracterizado en etapas previas.

En este contexto histórico, el objetivo de este artículo es analizar que, mediante el uso de datos de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte (Emif Norte) y de recepción de remesas y mexicanos devueltos y derivado de los efectos de la crisis de la economía estadounidense de 2008 (reducción de la oferta de trabajo, incremento de costos de cruce fronterizo irregular y aumento de las deportaciones), hubo dinámicas de reconfiguración espaciales y sociodemográficas de la migración chiapaneca indocumentada a EUA, durante el periodo presidencial de Barack Obama (2009-2017). Particularmente, en este trabajo se muestra que se presentaron dinámicas de reducción del volumen demográfico de migrantes, decrecimiento de la recepción de remesas en los lugares de origen, cambios (y relativas continuidades) de los sitios de origen y destino y de los antecedentes laborales de los migrantes, así como transformaciones de los lugares y costos de cruce fronterizo.

Y, en ese contexto, la pregunta de investigación es ¿cuáles fueron los cambios espaciales de los lugares de origen, tránsito y destino, así como de las transformaciones sociodemográficas de las migraciones chiapanecas indocumentadas a EUA, durante la administración de Obama? A través de una estrategia metodológica cuantitativa (basada en la consulta de la Emif Norte y otras fuentes), se argumenta que estas reconfiguraciones espaciales y sociodemográficas se caracterizaron por diversos cambios y continuidades. 1) Entre los cambios se observó una disminución del volumen demográfico de migrantes, la reducción de recepción de remesas y cambios espaciales en los lugares de cruces fronterizos. 2) No obstante, también hubo ciertas continuidades, se mantuvo el perfil sociodemográfico y los antecedentes laborales de los migrantes, así como dinámicas espaciales similares (de los lugares de origen y de destino).

Este artículo tiene la siguiente estructura. En la introducción se presenta el objetivo, alcances y aportes del trabajo. Después, un apartado con el andamiaje conceptual sobre las concepciones espaciales de la migración. Posteriormente, se describe la estrategia metodológica desarrollada. Sigue una sección sobre los antecedentes y estudios sobre la migración chiapaneca. A continuación, se presentan los cambios espaciales y sociodemográficos de esta migración. Particularmente en esta sección se abordan, y de acuerdo con la siguiente secuencia, los procesos relativos a las transformaciones en las áreas de origen de los desplazamientos a EUA, así como las dinámicas de los sitios de cruce fronterizo del flujo migratorio chiapaneco y los lugares de destino en EUA; finalmente, se advierte de los efectos de la migración a EUA en términos de las remesas familiares en Chiapas.

Una de las contribuciones de este trabajo es dar cuenta de que la migración es una construcción sociohistórica cambiante y con procesos espaciales diferenciados (en relación con los lugares de origen, cruce fronterizo y destino). Hay diversas geografías de la migración (relacionadas entre sí) que depende de la particular etapa histórica migratoria que se aborde.1


Marco teórico, la dimensión espacial de la migración

En el marco de la globalización, las migraciones internacionales, como procesos de movilidad humana a través de diversas fronteras y producidas por diversas causas y motivaciones (Castles, 2008), implican dinámicas de cambio de residencia en un país distinto al de origen (Gregory et al., 2009). Al tomar en consideración las aristas (de corte político, cultural, económico, entre otras) que implican dichos procesos, múltiples disciplinas han abordado las migraciones transfronterizas (Castles, 2008; Gregory et al., 2009), desde la historia, la antropología y la sociología,2 hasta la economía y las ciencias políticas,3 entre otras (Brettell & Hollifield, 2015).

Particularmente importante para el presente artículo son ciertos planteamientos desde la geografía humana (Brettell & Hollifield, 2015; Gregory et al., 2009). De acuerdo con Hardwick (2015), las subdisciplinas que han abordado las migraciones son la geografía de la población, la geografía política y la de corte étnico. Para esta autora, los procedimientos integradores de la ciencia geográfica la hacen muy adecuada para la comprensión y estudio de los patrones, procesos, territorios y experiencias migratorias (Hardwick, 2015, p. 199). Y, para algunas vertientes anglosajonas de la geografía, en el abordaje de las migraciones resulta de peculiar importancia la dimensión espacial (Gregory et al., 2009).

De este modo, la migración es concebida como la configuración de procesos de movilidades transfronterizas de diferentes poblaciones y grupos humanos por diversos contextos de expulsión y motivaciones; dichos procesos de tránsito espacial, no solo suponen atravesar varios límites jurídicos internacionales entre dos o más países, también implican dinámicas de relocalización en un país distinto al de origen (Gregory et al., 2009). Pero, además, desde esta mirada disciplinar las migraciones no son “naturalizadas” como procesos que acontecen y son “consustanciales” al desarrollo de ciertos países y sociedades (Picozza & Castillo, 2021). Por el contrario, se entienden como dinámicas espaciales que se producen como parte de diferentes procesos socioeconómicos y políticos (como pueden ser, entre otros, los bajos niveles de desarrollo de ciertos países, las carencias de oferta laboral y oportunidades laborales y los bajos salarios).

De este modo, las migraciones parten de lugares de origen específicos (como resultado de ciertos contextos de expulsión), se trasladan por diferentes rutas de tránsito (con diversos nodos y con el cruce de uno o varios límites jurídicos y político/administrativos) y culminan en sitios de destino, donde se llevan a cabo procesos de inserción sociolaboral y relocalización residencial (Brettell & Hollifield, 2015).

La geografía humana, particularmente en su vertiente social, se caracteriza por abordajes espacio/temporales, teniendo aproximaciones a diferentes contextos (locales, nacionales, regionales y globales), y desde la deliberada construcción de perspectivas con múltiples escalas (micro, meso y macro). Particularmente, en este caso se tienen en cuenta tres ejes.

1) Por un lado, las migraciones, en tanto procesos de movilidad espacial de grupos humanos, presentan configuraciones territoriales heterogéneas y temporalmente delimitadas en relación con los lugares de origen, tránsito/cruce y destino.

2) El tipo de inserción laboral y su relación con los antecedentes laborales de los migrantes en sus localidades de origen.

3) Y, finalmente, uno de los rasgos más destacados es la producción disciplinar de aproximaciones que intencionalmente ponderan las dimensiones cambiantes de las migraciones humanas en términos espaciales y temporales.

Desde esta disciplina, la pregunta eje sería ¿cuáles son los patrones y configuraciones socioespaciales de la migración (para un contexto histórico y regional específico) y cómo se explican y producen espacialmente? En este caso el planteamiento se centra en el primer punto de la cuestión.


Estrategia metodológica y fuentes utilizadas

Para analizar la reconfiguración espacial y sociodemográfica de la migración chiapaneca a EUA se utilizó información estadística derivada de la Encuesta sobre Migración en la frontera Norte (Emif Norte).4 De acuerdo con la Emif Norte, en los últimos 20 años los flujos migratorios de mexicanos hacia EUA han registrado cambios significativos, hasta 2007 se caracterizó por importantes incrementos anuales, pero a partir de 2008 inició un proceso de reducción constante (véase Tabla 1).

La principal causa de este drástico cambio fue la grave crisis económica de 2008 en EUA, que afectó directamente a los sectores de empleo tradicional para los migrantes mexicanos en ese país, por lo que se redujo la oferta laboral (sobre todo en el sector de la construcción). Además, aumentó el número de deportaciones de mexicanos por las autoridades migratorias estadounidenses. Todo esto tuvo un fuerte impacto para que se incrementaran los costos sociales y económicos del cruce fronterizo para los migrantes indocumentados. No obstante, a partir de 2017, cuando Donald Trump asumió la presidencia de EUA, inició una nueva etapa de la inmigración en ese país, que hasta entonces se había caracterizado por mantener cierto grado de consentimiento y tolerancia. Sin embargo, los discursos, políticas y acciones discriminatorias antiinmigrantes de Trump implicaron una nueva política de rechazo hacia la inmigración laboral en general y especialmente a la de origen mexicano (Picozza & Castillo, 2021).

Tabla 1. Emigrantes mexicanos y chiapanecos con destino a Estados Unidos y devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses, 2000-2017
Año Migrantes con destino a Estados Unidos Migrantes devueltos por autoridades de eua
Total nacional De Chiapas Posición a nivel nacional Total nacional De Chiapas Posición a nivel nacional
2000 454 707 3 446 24 772 294 32 269 10
2001 405 854 4 472 22 590 733 17 448 14
2002 728 518 36 307 7 536 336 39 258 3
2003 628 175 53 827 4 426 026 36 834 3
2004 542 153 33 786 4 402 448 26 389 5
2005 708 927 60 427 2 479 368 48 745 1
2006 815 569 118 510 1 442 771 31 910 3
2007 855 682 105 419 2 536 255 51 744 2
2008 748 392 83 293 1 513 241 45 761 1
2009 630 449 47 816 4 477 707 31 564 4
2010 492 877 32 534 4 325 449 11 953 13
2011 317 105 23 212 4 238 735 7 760 12
2012 276 145 37 666 1 287 463 10 533 12
2013 280 228 24 066 3 262 226 13 419 7
2014 164 621 6 847 8 193 704 9 072 9
2015 96 136 8 376 2 163 378 6 617 10
2016 75 872 3 619 9 183 575 7 465 10
Fuente: El Colegio de la Frontera Norte et al., 2020.

Por su parte, en el estado de Chiapas, en estos mismos años, la migración a EUA también presentó cambios considerables. Si bien, a lo largo del siglo XX tuvo una participación marginal en los desplazamientos migratorios laborales de mexicanos hacia EUA (Villafuerte Solís & García Aguilar, 2014), en los primeros años del siglo XXI (2000-2007) registró un vertiginoso incremento del número de chiapanecos hacia EUA (Villafuerte-Solís, 2015). Así, en 2006 el flujo de migrantes chiapanecos rumbo a EUA fue el de mayor volumen en todo el país, superando a otras entidades con larga tradición de migración a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2006; véase Tabla 1).

Después de 2008, a pesar de que disminuyó el flujo de chiapanecos, siguió manteniéndose en los primeros lugares a nivel nacional.5 En 2009 se ubicó en el 4º lugar, en 2012 fue otra vez el primer lugar nacional y en 2016 bajó al 9º lugar (véase Tabla 1).

Este trabajo se concentra en averiguar cómo se ha reconfigurado espacial y demográficamente la migración laboral originada en Chiapas y con destino a EUA, en un periodo que inicia tras la grave crisis económica que afectó a EUA en 2008 y termina antes de la implementación de una nueva política abiertamente antiinmigrante, por el gobierno estadounidense del expresidente Donald Trump (2017-2020).

Para este trabajo se utilizaron las series históricas de dos bases de datos generadas por la Emif Norte:61) los migrantes mexicanos, en este caso chiapanecos, cuyo destino final es EUA; y, 2) los migrantes chiapanecos devueltos por las autoridades migratorias de EUA. Si bien estas bases de datos se generan año tras año, para este trabajo se analizó a detalle la información de cuatro años específicos (2006, 2009, 2012 y 2016). Los tres últimos años abarcan el periodo de la administración del presidente estadounidense Barack Obama y de la implementación de una nueva etapa en la gestión de la inmigración por el gobierno de EUA, mientras que el primero permite conocer las características de la migración chiapaneca antes de la crisis económica financiera.

Al procesar la información de la Emif Norte se planteó destacar los aspectos espaciales de esta migración: el lugar de origen de los flujos, los destinos y los lugares de cruce de la frontera México-EUA. Pero también se abordaron otros temas: el perfil de migrante chiapaneco, caracterización del cruce fronterizo y delimitación de algunos rasgos de los migrantes devueltos por las autoridades migratorias de EUA. Además, para destacar las particularidades de los migrantes chiapanecos, también algunas de sus características se compararon con el flujo total de migrantes mexicanos. De esta forma fue posible definir la manera en que se ha reconfigurado la migración laboral de Chiapas a EUA.

Finalmente, también se utilizó información sobre recepción de remesas familiares para el estado de Chiapas (de 2006 a 2016), y se desagregó por región socioeconómica (2013-2016), ya que es posible definir el crecimiento y expansión diferenciada de los lugares de procedencia de los migrantes al interrelacionar el número de migrantes y la cantidad de remesas recibidas.


Antecedentes sobre la migración chiapaneca a Estados Unidos

Los procesos migratorios México-EUA, sobre todo los de carácter no documentado, tienen una larga historia de más de un siglo (Durand & Massey, 2009) y han estado definidos por una estructural asimetría política/económica entre los países involucrados (Márquez Covarrubias & Delgado Wise, 2012). Por buena parte del siglo XX y principios del XXI ha sido una de las migraciones más grandes a nivel global (Anuario de migración y remesas México 2018, 2019; Conapo, 2014; El Colegio de la Frontera Norte et al., 2006, 2013). En el siglo pasado, dicha migración presentó rasgos claramente definidos. Era cíclica, de carácter irregular, con un fuerte componente masculino (en plena edad productiva) y con una selectividad espacial particularmente definida en términos de los lugares de origen en México y los sitios de destino en EUA (Conapo 2012; Durand & Massey, 2009; Ley Cervantes & Peña Muñoz, 2016; Passel & Cohn, 2014).

Durante el siglo XX, una gran parte de los migrantes mexicanos irregulares que se dirigían a EUA provenían del centro occidente del país, de la “región histórica de la migración” (Conapo, 2012; Durand & Massey, 2009). El suroeste de México tuvo una participación muy marginal en la migración mexicana. Particularmente, Chiapas, durante ese siglo, tuvo uno de los niveles más bajos de índices de intensidad migratoria y de recepción de remesas del país.

La migración chiapaneca a EUA empezó a ser investigada mucho más tarde y con una menor intensidad. No obstante, desde mediados de la década de 2010 y a la fecha, desde diversas disciplinas y mediante varios abordajes escalares (local, nacional, regional), esta migración ha sido más estudiada ( Castillo Ramírez & González Sánchez, 2018; Jáuregui Díaz & Ávila Sánchez, 2007; Nájera & López, 2012; Villafuerte Solís & García Aguilar, 2008).

En este marco, hay ciertos estudios que, desde la consideración del deterioro del aparato productivo y del mercado laboral chiapaneco y en el contexto de las décadas de 2000 y 2010, han abordado la migración irregular a EUA desde perspectivas económicas (Villafuerte Solís & García Aguilar, 2008, 2014), demográficas (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2006, 2013; Escobar et al., 2006; Jáuregui Díaz & Ávila Sánchez, 2007; López Arévalo et al., 2009; Nájera & López, 2012) y geográficas ( Castillo Ramírez & González Sánchez, 2018). Estos trabajos se han centrado en la investigación de tres procesos: a) Causas histórico-estructurales que produjeron los contextos de expulsión de migrantes y que están relacionadas a la historia y desarrollo del sector agropecuario chiapaneco; b) Caracterización sociodemográfica de migrantes chiapanecos irregulares hacia EUA; c) Configuraciones socioespaciales de las migraciones (sobre los procesos de distribución y diferenciación de lugares de origen y destino de los migrantes chiapanecos).

Por otra parte, hay estudios sociológicos y antropológicos que, desde escalas locales y sobre los contextos de vida de los migrantes en diversas regiones chiapanecas (Los Altos, La Frontera, El Soconusco, La Sierra, La Comiteca Tojolabal, etcétera), han abordado las migraciones irregulares a EUA (Angulo, 2008; Aquino Moreschi, 2012b; Burke, 2004; Castillo Ramírez, 2017; Cruz & Barrios, 2009; Rus & Rus, 2014). Estas investigaciones, partiendo de los procesos socioeconómicos que provocaron la salida de chiapanecos, han indagado desde dinámicas de composición étnica y redes de las migraciones (Angulo, 2008; Burke, 2004; Cruz & Barrios, 2009; Rus & Rus, 2008, 2014), hasta los cambios derivados de la migración en las comunidades de origen (Aquino Moreschi, 2012a, 2012b; Castillo Ramírez, 2017).


Cambios espaciales y sociodemográficos de la migración

Las áreas de origen de los desplazamientos a EUA

La migración chiapaneca a EUA es un proceso migratorio reciente, fue muy escaso a lo largo del siglo XX. Pero, a partir de 2002 inició un rápido incremento, que alcanzó sus valores máximos en 2006, cuando se convirtió en el principal flujo hacia EUA en todo el país, para después registrar una disminución continua del volumen de emigrantes, al igual que el resto de las entidades de México (véase Tabla 1). En Chiapas todavía no están totalmente estructuradas las redes sociales que facilitan los desplazamientos, tal como existen en otros estados del país con mayor tradición migratoria.

En el periodo de análisis, 2009-2016, el flujo de chiapanecos hacia EUA decreció considerablemente, pasó de 47.8 mil en 2009 a 3.6 mil personas en 2016 (véase Tabla 1), lo que implicó una reducción de -13.2% anual, en un contexto nacional de disminución generalizada de mexicanos hacia el país del norte (en el mismo periodo el volumen total registró una reducción de -12.6% anual).

En cuanto a las áreas de origen, destacan tres regiones económicas chiapanecas por ser las de mayor expulsión. Dos de ellas, el Soconusco y la Sierra Mariscal, se ubican en el extremo sureste del estado, en la frontera con Guatemala. La tercera región, Altos Tsotsil Tzeltal, se localiza en el centro del estado (véase Figura 1). En 2009, estas tres regiones concentraron 56.1% del flujo total, 62.6% en 2012, y 59.6% en 2016. Algunos municipios de estas regiones destacaron por registrar un volumen considerable de emigrantes hacia EUA: en la región Soconusco resaltó Tapachula; en la región Sierra Mariscal fueron Motozintla y Frontera Comalapa, y en la región Central, San Cristóbal de las Casas y Chamula. En 2012 y 2016, en estos municipios, se concentró más de una tercera parte del volumen total de desplazamientos chiapanecos hacia EUA (véase Figura 1).

Figura 1. Emigrantes de Chiapas con destino a Estados Unidos de América, según región socioeconómica de procedencia, 2006-2016
Fuente: elaboración propia con base en la información del flujo de migrantes del sur con destino a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

En relación con la distribución de los emigrantes chiapanecos en 2006 (antes de la crisis económica de 2008 de EUA), sobresalen tres aspectos. 1) Las tres regiones antes mencionadas también destacaron, aunque en conjunto agruparon una proporción menor del flujo total de salida (43.5%), lo que indica que las áreas de origen de los migrantes a EUA se encontraban menos concentradas. 2) La región De los Bosques (al noroeste de la Altos Tsotsil Tzeltal), igualmente fue el origen de un importante flujo hacia EUA (agrupó 12.3 mil emigrantes, 10.4% en ese año), pero en los años siguientes se redujo considerablemente (en 2016 solo se registraron 143 personas). 3) La región Meseta Comiteca Tojolobal (con frontera con Guatemala) no resaltó por el volumen de migrantes que registró en 2006, pero sí en los años siguientes (en 2006 concentró 3.4%, en 2012 a 14.0% del volumen total), en esta región sobresale el municipio Las Margaritas (véase Figura 1).

El perfil del migrante chiapaneco hacia EUA por motivos laborales cambió en los últimos años. En primer lugar, el flujo continúa siendo mayoritariamente masculino, la participación de la mujer, aunque ha aumentado en años recientes, sigue siendo escasa (en 2009, del flujo total 5.7% fueron mujeres y en 2016 fue 12.9%). En Chiapas esta composición por sexo es notoriamente desigual, si consideramos que en 2016, del flujo total de mexicanos con destino a EUA, 30.3% estuvo compuesto por mujeres (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2020).

En relación con la composición por edad, los migrantes chiapanecos son predominantemente jóvenes (en 2009 tenían menos de 30 años 67.60%; a nivel nacional fue 43.8%), aunque en los últimos años esta proporción se ha reducido (en 2016 fue de 59.0%). También se está incrementando la participación de población de 50 o más años. La edad media de los emigrantes chiapanecos pasó de 27.4 a 31.6 años, entre 2009 y 2016 (véase Tabla 2).

En cuanto a la participación de población indígena en los desplazamientos hacia EUA, en 2006 más de la mitad de los migrantes (55.6%) estaba compuesta por población que habla alguna lengua indígena. Pero en los años siguientes esa proporción primero se redujo drásticamente (en 2009 a solo 14.2%), y posteriormente se incrementó de manera notoria (en 2016 alcanzó 42.5%; véase Tabla 2). Si bien Chiapas es uno de los estados con mayor proporción de población indígena en el país (en 2010, de su población 27.3% era hablante de lengua indígena), en algunos años, su participación en los flujos de salida hacia EUA ha estado por arriba del promedio estatal.

En relación con la escolaridad, en términos generales son bajos, en 2016 contaba con estudios de primaria solo 63.5%. No obstante, se ha reducido de manera importante la proporción de población sin estudios, en 2006 abarcó 23.1%, mientras que en 2016 disminuyó a 7.1%. Y se incrementó la población con estudios profesionales a 5.8% en 2016, en años anteriores esta proporción fue mucho menor (en 2009, solo 0.5% reportó estos niveles escolares; véase Tabla 2).

Tabla 2. Características sociodemográficas de los chiapanecos con destino a EUA, 2006-2016
Indicador 2006 2009 2012 2016
Volumen de emigrantes 118 510 47 817 37 666 3 619
Sexo (en %)        
   Mujeres 5.7 8.3 4.6 12.9
   Hombres 94.3 91.7 95.4 87.1
Grupos de edad (en %)        
   De 15 a 29 años 72.3 67.6 65.1 59.0
   De 30 a 49 años 26.5 30.7 33.8 29.1
   De 50 a 64 años 1.2 1.7 1.1 3.6
   De 65 años y más 0.0 0.0 0.0 8.2
Edad media (número de años) 26.9 27.4 27.5 31.3
Hablantes de lengua indígena (en %) 55.6 14.2 28.7 42.5
Último nivel escolar aprobado (en %)        
   Ninguno 23.1 8.4 10.5 7.1
   Primaria 57.5 56.1 60.9 63.5
   Secundaria 14.9 26.9 23.4 17.4
   Preparatoria o bachillerato 3.7 7.9 4.8 6.3
   Estudios técnicos con secundaria 0.2 0.1 0.3 0.0
   Profesional y posgrado 0.2 0.5 1.0 5.8
Fuente: cálculos propios con base en la información del flujo de migrantes del sur con destino a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

Sobre las características laborales, durante el periodo de análisis la mayoría de los migrantes era parte de la población económicamente activa (PEA) ocupada. En 2009 contaban con trabajo en su lugar de origen 87.3%, solo 2.5% no tenían trabajo, a pesar de haberlo buscado. Además, 10.1% formaban parte de la población económicamente inactiva (PEI), de los cuales 4.4% eran estudiantes, se dedicaban a los quehaceres del hogar o eran jubilados.

Esta composición laboral se modificó para 2016, cuando la PEA ocupada se redujo a 69.6%, la PEA desocupada subió a 10.1%, mientras que la PEI se incrementó a 20.2% (véase Tabla 3). Así, en la migración chiapaneca a EUA recientemente se han incorporado sectores de la población que no contaban con trabajo en su lugar de origen. Estas características laborales también se pueden reconocer a nivel nacional, aunque de manera más evidente. Por ejemplo, en 2016 la proporción de PEI abarcó 49.7% del total de migrantes mexicanos con destino a EUA, la PEA desocupada fue de 18.0% y la PEA ocupada abarcó solo 32.2% (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2020).

Tabla 3. Características laborales de migrantes chiapanecos con destino a EUA, 2006-2016
Indicador 2006 2009 2012 2016
Volumen de emigrantes 118 510 47 817 37 666 3 619
Condición laboral en el lugar de origen (en %)        
   Población económicamente activa (PEA) ocupadaa 82.7 87.3 93.7 69.6
   PEA desocupada 10.5 2.5 1.0 10.1
   Población económicamente inactiva (PEI)b 0.9 4.4 0.0 4.5
   PEI por otras razonesc 5.9 5.7 5.2 15.8
Sector de actividad laboral en el lugar de origen (en %)d        
   Agropecuario 80.7 74.6 75.0 71.3
   Manufacturero 2.7 1.2 1.6 1.6
   Construcción 8.7 14.9 12.9 9.8
   Comercio 2.3 2.0 4.8 0.7
   Transporte 1.6 2.6 2.6 6.9
   Servicio de preparación de alimentose 1.1 1.1 1.0 5.9
   Servicios de reparación y mantenimientof 1.9 1.9 1.4 2.9
   Otros serviciosg 1.1 1.5 0.7 0.8
Notas: a Incluye a la población que trabajó en los últimos 30 días en el lugar donde vivía y a las personas que no trabajaron, pero sí tenían trabajo.
b Incluye a la población que era estudiante, que se dedicaba a los quehaceres del hogar y a los jubilados.
c Incluye a la población que no trabajaba y que no era estudiante, tampoco jubilado, ni se dedicaba a los quehaceres del hogar.
d El porcentaje es respecto al total de PEA ocupada.
e Incluye al sector de alojamiento temporal.
f Incluye a los servicios personales y a los empleados domésticos.
g Incluye a los servicios educativos, de salud, profesionales, financieros, de esparcimiento, de almacenamiento, de apoyo a negocios y las actividades gubernamentales.
Fuente: cálculos propios con base en la información del flujo de migrantes del sur con destino a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

Respecto a la ocupación económica de los migrantes chiapanecos en su lugar de origen, las actividades agrícolas continúan prevaleciendo como las más importantes. En 2016 abarcó 71.3% de la PEA ocupada, una proporción que si bien se ha reducido (en 2006 fue de 80.7%), sigue definiendo las características laborales de los flujos a EUA. En segundo lugar, destacó el sector servicios, con 16.5%, una proporción que aumentó respecto a lo registrado en 2009 (de 7.1%). Además del sector de construcción (con 9.8%), una proporción que también se ha reducido (véase Tabla 3). En comparación, a nivel nacional el sector agrícola solo representó 31.9% del volumen total, mientras que 32.9% trabajaba en actividades del sector servicios (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2020).

Dentro del sector servicios, la mayor parte de los migrantes chiapanecos trabajaban en transporte (6.9% en 2016; básicamente choferes), en preparación de alimentos (5.9%) y en reparación, mantenimiento, en servicios personales y como empleados domésticos (2.9%; véase Tabla 3). Empleos de baja jerarquía y escasa remuneración, que no requieren de una alta preparación escolar.

Las áreas de cruce fronterizo del flujo migratorio de Chiapas

El flujo de chiapanecos con destino a EUA básicamente ha sido un desplazamiento indocumentado, hasta 2012 solo una mínima proporción (2.1%) reportó contar con documentos migratorios para entrar a EUA. En 2016, aunque este sector se incrementó a 15.7% (de los cuales 11.9% declararon tener pasaporte con visa de turista), siguió siendo una proporción menor. Esta cifra contrasta con respecto a la situación que registró el resto del flujo de mexicanos rumbo a EUA, ya que 64.3% (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2020) contaba con algún documento migratorio para ingresar al país del norte en 2016. La mayoría de los emigrantes chiapanecos cruzan a EUA a través de ciudades fronterizas del estado de Sonora, en 2009 abarcó 89.0% del flujo. En segundo lugar, prefieren las ciudades de Chihuahua (4.9%) y Baja California (4.1%) y muy pocos lo hicieron por Tamaulipas o Coahuila.

Para 2016, ciertas ciudades de Sonora siguieron siendo la principal ruta de entrada, aunque concentró una proporción menor (77.2%), este cambio incrementó el flujo a través de las ciudades de otros estados, principalmente las de Chihuahua (8.6%) y Baja California (6.6%). Además, hubo un incremento en el flujo de chiapanecos que llegan a EUA a través de las ciudades de Tamaulipas (a 5.3%; véase Tabla 4), ya que antes era una ruta que prácticamente no se utilizaba. La principal razón para decidir la ruta a EUA fue por la facilidad del cruce (en 2009 abarcó 89.6% del total). Para 2016, siguió siendo la razón principal, pero con una proporción menor (64.1%) y aumentaron los migrantes que dejaron que los guías (“coyotes”) decidieran el lugar del cruce fronterizo (19.2%). Estas proporciones difieren con respecto a 2006 (el año que registró el mayor flujo de chiapanecos hacia EUA), cuando la principal ruta del cruce fronterizo era decisión del coyote (con 64.3%) y una proporción menor (27.8%) por la facilidad del cruce (véase Tabla 4).

La mayoría de chiapanecos viajó en solitario, en 2016 abarcó 65.2%, lo que implica que 34.8% restante se desplazó acompañado. Si bien, estas proporciones registraron pequeñas variaciones respecto a 2009, lo que sí se modificó fue el número de acompañantes durante el viaje, en estos años se redujo la cantidad de personas que viajaron en grupo hacia EUA. Y en 2009 fue 10.2% el porcentaje de emigrantes que viajaron en compañía de cinco o más personas y para 2016 esta proporción disminuyó a 2.5%.7

Tabla 4. Características del cruce fronterizo de migrantes de Chiapas a EUA, 2006-2016
Indicador 2006 2009 2012 2016
Volumen de emigrantes 118 510 47 817 37 666 3 619
¿Tiene documentos para cruzar?        
   Sí 0.3 0.5 2.1 15.7
   No 99.7 99.5 97.9 84.3
¿Por cuál ciudad mexicana va a cruzar? (en %)        
   Por ciudades de Baja California 5.5 4.1 11.4 6.6
   Por ciudades de Sonora 89.5 89.0 84.3 77.2
   Por ciudades Chihuahua 0.3 4.9 0.2 8.6
   Por ciudades de Coahuila 3.4 0.9 3.1 0.0
   Por ciudades de Nuevo León 0.0 0.0 0.0 0.0
   Por ciudades de Tamaulipas 0.8 0.9 0.9 5.3
   No especificado 0.4 0.1 0.1 2.3
Principalmente ¿Por qué eligió esa ciudad para cruzar? (en %)        
   Cercanía al lugar a donde se dirige 3.4 3.1 3.9 7.6
   Cercanía al lugar de origen 0.6 0.5 0.6 4.4
   Facilidad de cruce 27.8 89.6 86.0 64.1
   Decisión del guía o coyote 64.3 3.8 8.5 19.2
   Apoyo de familiares y amigos 3.1 2.0 0.6 0.5
   Otro 0.4 0.4 0.2 3.6
¿Cuántas personas lo acompañan en este viaje? (en %)        
   Viene solo(a) 14.2 61.4 64.8 65.2
   1 o 2 12.6 16.3 19.2 29.2
   3 o 4 8.1 12.0 8.1 3.0
   De 5 a 9 29.8 10.2 7.3 2.5
   10 o más 35.2 0.0 0.6 0.0
En total, ¿Cuántas veces ha cruzado a eua para trabajar o buscar trabajo? (en %)        
   Ninguna 89.8 94.0 91.5 74.9
   1 o 2 5.9 4.4 6.5 18.2
   3 o 4 1.9 1.2 1.3 3.7
   De 5 a 9 2.4 0.3 0.5 0.0
   10 o más 0.0 0.0 0.2 3.2
Fuente: cálculos propios con base en la información del flujo de migrantes del sur con destino a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

Asimismo, se modificó la proporción de chiapanecos que contrataron guía (“coyote” o “pollero”) para cruzar. En 2009 representó 67.5%, pero en 2016 disminuyó a 39.8%, lo que significó que ese año 60.2% hizo el viaje sin ayuda. Además, respecto al lugar donde se realizó el contacto con el guía, en 2009 todavía no había hecho el trato 46.1%, otro 29.6% contrató la ayuda en la ciudad fronteriza de cruce y 17.5% en el lugar donde vivía. Para 2016, se alteró esta distribución: 29.4% contactó al guía en el viaje a la ciudad fronteriza, 20.5% en EUA, 20.7 % todavía no lo había hecho y 18.5% lo hizo en la ciudad del cruce fronterizo (véase Tabla 5).

Resalta la diferencia respecto a 2006, cuando 70.2% de los chiapanecos hicieron el contacto desde su lugar de origen. Sobre el costo del traslado a EUA, a lo largo del periodo se multiplicó 2.3 veces. En 2009 en promedio se pagaron 1 865 dólares, y un poco más de la mitad, 51.5%, pagó entre mil y dos mil dólares y otro 42.5% entre dos mil y tres mil dólares. En cambio, en 2016, el costo promedio aumentó a 4 418 dólares y 60.0% pagó más de cuatro mil dólares.

Tabla 5. Características de la contratación de un guía para el cruce fronterizo, 2006-2016
Indicador 2006 2009 2012 2016
Volumen de emigrantes 118 510 47 817 37 666 3 619
¿Contrató o contratará a alguna persona para que lo ayude a cruzar la frontera? (en %)        
   Sí 88.8 67.5 80.2 39.8
   No 10.9 31.9 19.8 60.2
¿Dónde hizo o hará el contacto con la persona que lo ayudará a cruzar la frontera? (en %)a        
   En el lugar donde vive 70.2 17.5 11.5 10.8
   En el trayecto a la ciudad fronteriza de cruce 4.5 3.7 0.5 29.4
   En la ciudad fronteriza de cruce 23.0 29.6 46.6 18.5
   En Estados Unidos 0.3 1.5 3.7 20.5
   No ha contratado (aun no ha decidido) 2.0 46.1 37.7 20.7
   No responde 0.0 1.7 0.0 0.0
¿Cuánto acordó pagar? (en %)b        
   < de 1 000 dólares 2.3 2.2 2.2 6.7
   De 1 000 a 1 999 dólares 64.8 51.5 22.0 9.3
   De 2 000 a 2 999 dólares 32.1 42.5 53.9 2.6
   De 3 000 a 3 999 dólares 0.8 1.9 21.2 21.4
   4 000 o más dólares 0.0 0.2 0.6 60.0
Costo medio por cruzar la frontera (en dólares) 1 671 1 865 2 329 4 418
Notas: a Porcentaje con respecto al total de migrantes que contrataron a personas para que los ayuden a cruzar la frontera.
a Porcentaje con respecto al total de personas que pagaron por cruzar la frontera.
Fuente: cálculos propios con base en la información del flujo de migrantes del sur con destino a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

Los lugares de destino de los chiapanecos en EUA

Los lugares a los que se desplazan los chiapanecos en EUA también se han modificado. En 2009 se dirigieron principalmente a California (20.6%), Florida (17.0%) y Arizona (14.7%). Otros destinos significativos fueron Georgia (3.3%) y Carolina del Norte (3.0%; véase Figura 2). Para 2016, los tres destinos principales redujeron su participación, California a 12.7%, Arizona a 13.5% y Florida tuvo el mayor decremento, a 6.6%. En ese año se agregó Texas (con 7.3%) y Kansas (con 5.3%). Por su parte Georgia se mantuvo como un destino secundario (con 4.3% del flujo), pero Carolina del Norte ya no registró emigrantes chiapanecos (véase Figura 3).8

Figura 2. Entidad de cruce fronterizo y estado de destino en Estados Unidos de los emigrantes de Chiapas, 2006 y 2009
Fuente: cálculos propios con base en la información de El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019
Figura 3. Entidad de cruce fronterizo y estado de destino en Estados Unidos de los emigrantes de Chiapas, 2009 y 2016
Fuente: cálculos propios con base en la información de El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019

Por otra parte, al considerar el total de estados a los que se han dirigido los emigrantes chiapanecos, se puede apreciar que entre 2006 y 2012 el flujo tendió a dispersarse. En 2006 se distribuyeron en 18 estados, en 2009 en 29 y en 2012 en 40 (si bien 16 recibieron menos de 100 emigrantes). Pero en 2016 se retrajo esa dispersión, ya que solo se dirigieron a 16 estados (solo 8 recibieron más de 100 migrantes chiapanecos; véanse Figuras 2 y 3). También se debe anotar que se ha incrementado la proporción de emigrantes que no tienen un destino claramente identificado en EUA. En 2006 solo abarcó 5.7% del flujo total, en 2009 subió a 26.5% y en 2016 a 35.5% (véase Tabla 6).

Esta información se complementa con la proporción de migrantes que en su destino final cuentan con un lugar fijo a donde llegar. En 2006 abarcó 92.8%, pero en 2009 bajó a 64.9% y en 2016 a 58.2% (véase Tabla 6). Además, aunque se ha incrementado la proporción de los migrantes que ya tienen un trabajo asegurado en su destino (pasó de 1.7% en 2006 a 16.1% en 2016), continúan predominando los migrantes que se desplazan para buscar trabajo en EUA (pasó de 81.4% en 2006 a 53.6% en 2016; véase Tabla 6).

Tabla 6. Características laborales y de estancia en el lugar de destino en Estados Unidos de los emigrantes de Chiapas, 2006-2016
Indicador 2006 2009 2012 2016
Volumen de emigrantes 118 510 47 817 37 666 3 619
¿Se dirige a alguna ciudad en especial? (en %)        
   Sí 93.6 73.5 89.1 63.2
   No 5.7 26.5 10.5 35.5
En su destino final, ¿Tiene un lugar fijo donde llegar? (en %)        
   Sí 92.8 64.9 73.5 58.2
   No 6.9 35.1 26.4 41.8
En su destino final, ¿Tiene un trabajo asegurado? (en %)        
   Sí 1.7 4.8 1.4 16.1
   No 14.2 12.5 17.5 16.5
   Cruzará la frontera para buscar trabajo 81.4 81.4 79.4 53.6
Sector económico donde piensa trabajar en EUA (en %)        
   Actividades agropecuarias 60.2 30.8 43.7 13.4
   Construcción 9.0 13.3 14.8 18.6
   Industria 4.5 0.9 1.9 0.0
   Comercio 0.5 2.5 1.8 3.0
   Servicios 0.7 11.2 21.4 3.0
   Otro 5.6 12.3 10.2 0.0
   En cualquier sector de la economía (no lo tiene definido) 0.0 0.0 0.0 47.7
   Múltiples razones para cruzar a EUA 1.6 1.1 1.6 13.8
   No responde 17.3 27.8 0.4 0.0
Expectativa de tiempo de estancia en EUA (en %)        
   Menos de un año 0.4 1.5 2.9 6.6
   Un año 0.8 9.2 7.3 0.0
   Dos años 0.9 12.1 12.0 9.1
   Tres o más años 1.3 7.3 21.7 10.2
   Lo que se pueda 92.5 67.2 55.9 66.0
   Siempre 0.7 0.5 0.1 0.5
   No responde 3.4 1.7 0.1 7.6
Fuente: cálculos propios con base en la información del flujo de migrantes del sur con destino a EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

Respecto al sector económico en el que piensan trabajar en EUA, las actividades agropecuarias siguen siendo el sector económico principal, aunque en años recientes se ha reducido (en 2006 abarcó 60.2%, 30.8% en 2009 y 13.4% en 2016). El segundo sector es la construcción (en 2009 abarcó 13.3% y 18.6% en 2016). No obstante, en 2016 cerca de la mitad de los migrantes chiapanecos (47.7%) pensó en trabajar en cualquier sector económico (véase Tabla 6).

Sobre la expectativa de permanencia en EUA, la mayoría de los emigrantes chiapanecos declararon que su estancia sería por el tiempo que se pueda (en 2016 abarcó 66.0% del total). La proporción que migra para trabajar en EUA menos de un año fue escasa (6.6% en ese mismo año, aunque aumentó con respecto a años anteriores), y 19.3% buscaba permanecer un año o más. Estos valores difieren con la expectativa de estancia del resto del flujo de mexicanos hacia EUA, principalmente entre los que buscan permanecer menos de un año (26.3%) y un año o más (12.3%; El Colegio de la Frontera Norte et al., 2020). Los chiapanecos tratarán de permanecer en EUA más tiempo que el resto de los mexicanos.

A lo largo del periodo de análisis, el flujo total de migrantes mexicanos devueltos por las autoridades migratorias estadounidense se incrementó de manera notable, en estos años dichas autoridades implementaron una eficiente estrategia de vigilancia en la frontera sur de su país, que permitió identificar a los migrantes indocumentados, detenerlos y deportaros (véase Tabla 1). Esta dinámica también se registró para los migrantes chiapanecos, aunque con algunas variaciones. Así, en 2006 el número de personas originarias de Chiapas devueltas por las autoridades migratorias abarcó un poco más de una cuarta parte (26.9%), para 2009 se incrementó a 66.0%. Sin embargo, para 2012 se redujo a 28.0% (en ese año se incrementó el volumen de chiapanecos rumbo a EUA y fue el principal flujo de salida a nivel nacional), pero para 2016 el volumen de emigrantes chiapanecos devueltos se duplicó (206.3%), al igual que ocurrió a nivel nacional, aunque desde 2014 ya había superado al número de emigrantes con destino a EUA (véase Tabla 7).

En este contexto, la mayoría de los chiapanecos devueltos fueron detenidos antes de llegar a su destino. En 2016 cerca de la mitad (49.4%) fueron capturados en el desierto o la montaña, otra cuarta parte (26.7%) cruzando la frontera y otra proporción significativa en la calle o carretera (12.2%). Respecto a 2009, la mayoría (78.4%) fueron arrestados en el desierto o la montaña. En general, estas cifras contrastan con lo que ocurrió en 2006, cuando la identificación de los migrantes indocumentados se realizaba en otras circunstancias (40.9% ocurrió en un lugar distinto a los que consideran en la encuesta y 23.4% en la calle o carretera; véase Tabla 7).

Sobre el tiempo de estancia en territorio de EUA, destaca el que la mayor parte de los migrantes permanecen poco tiempo, menos de una semana, antes de ser detenidos. En 2009 abarcó 92.5%, y en 2016 disminuyó a 70.4% y se ha incrementado la proporción de los migrantes que logran permanecer más de una semana, pero menos de un mes (en 2016 fue de 10.5%) y los que logran permanecer más de un mes, pero menos de un año (9.1%; véase Tabla 7). Ante los operativos de las autoridades estadounidenses, los migrantes mexicanos han generado estrategias que les permitan permanecer más tiempo en EUA, lo que implica rutas de acceso más largas y peligrosas. En cuanto al número de veces que los emigrantes han sido capturados en EUA, se advierte que el flujo de Chiapas a EUA se ha modificado. En primer lugar, se ha reducido el número de migrantes que cruzan por primera vez la frontera, en 2006 representó 91.3% y 56.3% en 2016.

Tabla 7. Características de los emigrantes chiapanecos devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses, 2006-2016
Indicador 2006 2009 2012 2016
Volumen de emigrantes devueltos 31 910 31 564 10 533 7 465
Lugar de detención por las autoridades migratorias (en %)        
   Cruzando la línea fronteriza 16.3 11.5 30.2 26.7
   Desierto o montaña 19.2 78.4 48.5 49.4
   Calle o carretera 23.4 4.9 15.7 12.2
   Trabajo 0.2 1.7 1.2 0.0
   Casa 0.0 2.0 1.3 0.2
   Otro 40.9 1.3 0.0 1.5
   No responde 0.0 0.2 3.1 9.9
Cuánto tiempo permaneció en EUA (en %)        
   Menos de un día 29.5 23.5 12.8 18.5
   Menos de una semana 68.6 69.0 59.6 51.9
   Menos de un mes 0.6 1.8 12.9 10.5
   Menos de un año 0.4 1.6 3.8 9.1
   Uno o más años 1.0 3.8 7.8 0.0
   No responde 0.0 0.2 3.1 9.9
Número de veces que ha sido capturado y regresado en toda su vida (en %)        
   Primera vez que cruza 91.3 82.4 65.1 56.3
   Una 6.5 13.0 20.8 20.3
   Dos 1.8 3.4 8.4 9.7
   Tres o más 0.1 0.9 2.5 7.3
   No responde 0.2 0.2 3.1 6.4
Piensa regresar algún día a eua a trabajar o buscar trabajo (en %)        
   Piensa cruzar a eua en los próximos 7 días 93.8 76.0 23.0 13.3
   Piensa cruzar a eua en los próximos tres meses 0.0 0.0 10.4 7.6
   Sí 2.2 4.3 28.0 17.5
   No 4.1 17.9 33.5 48.8
   No sabe 0.0 0.0 1.6 2.0
   No responde 0.0 1.8 3.4 10.9
¿Regresará de inmediato a su casa o permanecerá en la frontera?        
   Piensa cruzar a eua en los próximos 7 días 93.8 76.0 23.0 13.3
   Regresará a su casa 5.3 21.7 64.5 60.8
   Permanecerá en la frontera 0.9 2.1 9.1 11.2
   Otro estado, municipio o localidad 0.0 0.0 0.0 4.2
   No responde 0.0 0.2 3.4 10.5
Fuente: cálculos propios con base en la información de los emigrantes devueltos por las autoridades migratorias de EUA (El Colegio de la Frontera Norte et al., 2019)

Al mismo tiempo, ha aumentado la proporción de los que han sido deportados, desde 2012 la proporción de los chiapanecos que han sido detenidos una vez abarcó una quinta parte (20.8%) y cada vez son mayores las proporciones que declararon contar con dos (9.7% en 2016) o más deportaciones (7.3%; véase Tabla 7).9

Los efectos de la migración a EUA: las remesas familiares en Chiapas

En la recepción de remesas hubo una marcada disminución entre 2006 y 2009, de 940.8 millones de dólares en 2006 (el monto máximo enviado a Chiapas y que coincide con el año con el mayor flujo de chiapanecos con destino a EUA), a 609.7 millones de dólares en 2009. Después, entre 2009 y 2012, el volumen de las remesas se mantuvo con ligeras fluctuaciones. En los dos años siguientes volvió a reducirse, en 2013 se registró el menor volumen de recepción de remesas (con 501.8 millones de dólares), pero a partir de 2015 inició una recuperación, al incrementarse los envíos. En 2018 el volumen de las remesas fue similar al que se recibió diez años antes (véase Figura 4).

Figura 4. Recepción de remesas familiares en Chiapas, 2006-2018
Fuente: Sistema de información económica, 2019a

Por otra parte, a pesar de que en algunos años Chiapas ocupó el primer lugar a nivel nacional por el flujo de migrantes con destino a EUA, esta situación no se ha visto reflejada en los montos de remesas familiares que se reciben en el estado. Chiapas nunca se ha colocado entre los principales estados receptores. En 2006 y 2009 ocupó el lugar decimoprimero, con un monto muy bajo comparado con Michoacán o Guanajuato, entidades que tienen una larga tradición de migración a EUA. En 2013, Chiapas ocupó el lugar decimotercero y en 2016 bajó al vigésimo lugar. Al analizar la distribución de la recepción de remesas familiares en el interior de Chiapas, se puede vincular con los lugares de origen de los migrantes a EUA. Cabe señalar que, a partir de 2013, el Banco de México presentó por primera vez información desagregada a nivel municipal sobre recepción de remesas familiares en todo el país, es por esta razón que este tema se limita al periodo comprendido entre 2013 y 2016.

Las regiones socioeconómicas que destacan por recibir los mayores volúmenes de remesas fueron también las que enviaron más migrantes a EUA. No obstante, esta relación no es totalmente directa. Por ejemplo, la región Soconusco en cuatro años recibió 517.8 millones de dólares por remesas, un volumen que casi duplica al que recibió la región Sierra Mariscal (de 273.7 millones de dólares).

Sin embargo, entre 2009 y 2016, el número de migrantes de la región Sierra Mariscal rumbo a EUA (41.0 mil personas, la mayor cantidad de migrantes en Chiapas) fue superior al que se originó en la región Soconusco (34.4 mil). Las regiones Soconusco, Sierra Mariscal y Meseta Comiteca Tojolobal, en conjunto, concentraron 50.2% de remesas que recibió el estado (véase Figura 5).

La otra región que sobresale es la Altos Tsotsil Tzeltal con 11.1% del total del estado.

Las cuatro regiones que reciben menores volúmenes de remesas familiares se ubican en el centro y en el norte del estado, en conjunto agruparon 3.2% del total. Por su parte, la región Maya, registra una situación particular, fue la región que registró el menor flujo de emigrantes rumbo a EUA (solo 1.7 mil) entre 2009 y 2016, y fue la única que registró una disminución en la captación de remesas (de -10.1% anual, entre 2013 y 2016), sin embargo, por el volumen de remesas que recibió (4.1%), se coloca por encima de otras regiones con mayores flujos de emigrantes a EUA.

Figura 5. Recepción de remesas familiares en Chiapas, 2013-2016, y emigrantes con destino a Estados Unidos de América, 2009-2016, según regiones socioeconómicas
Fuente: elaboración propia con base en la información del Sistema de información económica (2019b) y El Colegio de la Frontera Norte et al. (2019)

Conclusiones

1) En este trabajo se dio cuenta de las dinámicas concernientes a los cambios espaciales y sociodemográficos de las migraciones chiapanecas indocumentadas hacia EUA (2009-2016), particularmente en lo relativo con los lugares de origen, así como de los procesos de los sitios de cruce fronterizo y de las áreas de destino en EUA; también, se abordaron el perfil sociodemográfico de los migrantes y los impactos de la migración, en relación con las remesas familiares en Chiapas. Uno de los aportes del artículo es el planteamiento de la migración desde diversas escalas (en el origen, tránsito y destino), lo que muestra una visión más compleja de esta dinámica de movilidad irregular y transfronteriza.10 Esto permite una perspectiva más heterogénea (Brettell & Hollifield, 2015; Hardwick, 2015), lo que se aleja de la idea de que se trata de un fenómeno homogéneo espacialmente, sociodemográficamente estático y ahistórico. Por el contrario, dependiendo del periodo histórico estudiado, hay diferentes comportamientos en términos de los diversos lugares de origen (las regiones chiapanecas), así como de los variados sitios de destino en EUA (se observa una clara selectividad en este punto) y cambios en el número y perfil de los migrantes.

Esto concuerda con lo apuntado por diversos autores en relación con cómo la migración es una dinámica con múltiples aristas (Brettell & Hollifield, 2015; Castles, 2008; Vertovec, 2014); y requiere ser tratado de manera conjunta por diversas miradas disciplinares, tanto en la consideración del orden social y político (Hollifield & Wong, 2015), como de las dimensiones temporales (Gabaccia, 2015) y espaciales (Hardwick, 2015). Este texto abona al conocimiento de las cambiantes y diferenciadas geografías de la migración a inicios del siglo XXI, particularmente en lo referente a los flujos migratorios chiapanecos (sobre los lugares de origen y destino).

2) Por otra parte, en relación con los hallazgos, surgen líneas de investigación relacionadas con el abordaje planteado. Una veta pendiente sería llevar a cabo ejercicios similares de indagación para otras entidades federativas como lugares de origen de los migrantes, particularmente para el sureste de México (de especial interés serían los casos de Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco). Como lo han señalado con anterioridad algunos estudios de la migración (Anuario de migración y remesas México 2018, 2019; Conapo, 2012; Durand & Massey, 2009), es necesario saber con mayor precisión qué pasa en estas entidades federativas que no cuentan con una larga historia/tradición migratoria (Castillo Ramírez & González Sánchez, 2018).

Por otro lado, otra línea de indagación por plantear es ver cómo, en contextos de precarias condiciones sociomateriales en los lugares de origen, la alteración en los flujos migratorios irregulares transfronterizos se relaciona e impacta también con el crecimiento (y a veces resurgimiento) de procesos de migración interna. En el caso de Chiapas, a partir de la reducción de la migración a EUA por la contracción de oferta laboral (debida a la crisis de 2008) y el incremento de los costos de cruce, se dieron dinámicas de migración interna (Villafuerte-Solís, 2015).11

3) Finalmente, trabajos como este apuntalan la idea de la migración como una construcción socioespacial, con un eminente carácter político/económico e histórico (Gabaccia, 2015; Martin, 2015). Así, las migraciones, cuando se observan desde diferentes escalas en los lugares de origen (a nivel estatal, o de regiones de una entidad federativa o municipal) (Hardwick, 2015), lejos de ser un proceso homogéneo y estático, son dinámicas heterogéneas, diferenciadas y cambiantes. Este trabajo mostró que, más a allá de comportarse como una unidad, las diferentes regiones chiapanecas de origen tenían un comportamiento diferenciado en el número de migrantes que tenían.


Referencias

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Notas

1 Asimismo, aporta al destacar que, si bien las procesos y causas económicas son fundamentales para entender la migración (las necesidades de los migrantes, la diferencia salarial, los costos de los cruces fronterizos y la demanda/restricción de mano de obra en el mercado laboral del país de destino), también son relevantes los factores políticos para entender las reconfiguraciones de estas movilidades (como las políticas migratorias de securitización y cierre de fronteras, el incremento de las deportaciones, etcétera).

2 Para los historiadores, uno de los ejes de indagación ha sido cómo cambian y/o continúan las migraciones en el tiempo, y para ello han utilizado dispositivos conceptuales como la periodización, la historicidad, la larga y corta duración (Gabaccia, 2015). Por su parte, y desde enfoques micro con abordajes transnacionales y relacionales, ciertos estudios antropológicos han indagado la relación entre los procesos de movilidad humana, los cambios socioculturales y las dinámicas de identidad étnica en las sociedades de destino (Brettell, 2015; Vertovec, 2014). En cambio, la sociología se ha enfocado, desde perspectivas como el transnacionalismo y la asimilación segmentada, en cómo se produce la movilidad humana a través de redes sociales y cuáles son las dinámicas de exclusión, “asimilación” e “integración” social de los migrantes en las sociedades de destino (Brettell & Hollifield, 2015).

3 La economía es una de las disciplinas que, desde varias escalas (micro, meso y macro) y con una variedad de miradas (economía política, teoría del sistema mundo, la economía neoclásica, los mercados segmentados, entre otras), ha indagado la migración en relación con sus causas individuales y estructurales, y también los impactos en los mercados laborales y el aparato productivo en los países de origen y destino (Delgado Wise et al., 2009; Gregory et al., 2009; Lucas, 2014; Márquez Covarrubias & Delgado Wise, 2012; Martin, 2015; Robinson & Santos, 2014). En cambio, para las ciencias políticas, y desde perspectivas centradas en el poder oficial y las instituciones gubernamentales, el eje se ha enfocado en el papel del Estado nación en la administración y control de la migración (sobre todo irregular), en el contexto de regímenes fronterizos y de intrincados marcos geopolíticos regionales (Brettell & Hollifield, 2015; Hollifield & Wong, 2015).

4 Esta encuesta se elabora desde 1993 por varias instituciones académicas y gubernamentales, encabezadas por El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) y con participación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Consejo Nacional de Población, Unidad de Política Migratoria, Secretaría de Relaciones Exteriores, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Secretaría de Desarrollo Social. Desde entonces se ha convertido en una fuente de información estadística continua, confiable e indispensable para el estudio de la migración mexicana (https://www.colef.mx/emif/).

5 Cada una de estas fases implican cambios y continuidades, al aumentar o disminuir los flujos migratorios, también se modifican las características sociodemográficas y económicas de los emigrantes, además de los rasgos espaciales asociados a estos desplazamientos, tanto en los lugares de origen como en los de destino (Castillo Ramírez & González Sánchez, 2018).

6 En la Emif Norte se identifican diferentes tipos de flujos migratorios que se presentan en la frontera norte del país: los migrantes mexicanos que se dirigen a EUA, los migrantes mexicanos que se desplazan a la frontera norte, los migrantes procedentes de EUA y los migrantes mexicanos devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses. Se trata de una encuesta de muestreo probabilístico, cuyos resultados permiten estimar los volúmenes de esos flujos migratorios e inferir las características de los diferentes grupos de migrantes; se aplica a personas de 15 años y más a lo largo de los cuatro trimestres del año (https://www.colef.mx/emif/diseno.html).

7 En cambio, los que se desplazaron acompañados por una o dos personas, aumentó de 16.3% a 29.2%, en esos mismos años. Esta situación, difiere respecto a 2006, cuando solo 14.2% del desplazamiento fue en solitario y la mayoría de los que viajaron acompañados lo hicieron en grupos de 10 o más personas (35.2%; véase Tabla 4). Para la mayoría de los migrantes chiapanecos, 94.0% en 2009, se trata del primer intento por ingresar a EUA por razones laborales, aunque esta proporción se ha reducido, en 2016 abarcó 74.9% (véase Tabla 4), lo que muestra la escasa experiencia migratoria del flujo de emigrantes que se origina en Chiapas.

8 Resaltan las diferencias respecto a 2006, cuando los principales destinos fueron California (con 34.0%) y Florida (con 26.6%), mientras Carolina del Norte registró 11.8% y Arizona 9.0%, y fueron destinos secundarios.

9 En cuanto a los planes de los emigrantes chiapanecos devueltos, se ha reducido dramáticamente la proporción de las personas que intentarán cruzar nuevamente en los siguientes siete días (en 2006 abarcó 93.8%, 76.0% en 2009 y solo 13.3% en 2016). Aunque se ha incrementado la proporción que buscará cruzar en un periodo mayor (en 2006 representó 2.2%, 4.3% en 2009 y 25.1% en 2016). Lo que llama la atención es la enorme proporción de personas que no intentarán volver a ingresar a EUA, en 2016 representó casi la mitad (48.8%; véase Tabla 7) del volumen de emigrantes chiapanecos devueltos. Esta información se complementa con los planes sobre lo que harán una vez que se encuentran en México, en 2016 sobresale que 60.8% regresará a su casa, una proporción que aumentó de manera notable respecto a 2006 (solo 5.3%), y 11.2% permanecerá en la frontera, cifra que también se incrementó con respecto a años anteriores, y 4.2% se dirigirá a un lugar distinto al de su casa (véase Tabla 7).

10 No obstante, también hay límites del estudio, sobre todo en relación con los alcances de la Emif Norte, ya que una encuesta no pueda agotar la complejidad del proceso migratorio a lo largo del tiempo y el espacio.

11 Por ejemplo, resurgieron otros procesos de migración interna previos que se dirigían hacia mercados laborales del sur de México, en Playa del Carmen y Cancún (Villafuerte-Solís, 2015; Villafuerte Solís & García Aguilar, 2014).


Guillermo Castillo-Ramírez
Mexicano. Doctor en antropología por la UNAM. Investigador titular definitivo del Departamento de Geografía Social, UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 2. Líneas de investigación: migración internacional, geografía de la migración, procesos territoriales. Publicación reciente: Castillo Ramírez, G. & González, J. (2020). Cambios espaciales y socioeconómicos en la migración mexicana a Estados Unidos a principios del XXI (1994-2007). BAGE. Boletín de la Asociación Española de Geografía, (85), 1-36. https://doi.org/10.21138/bage.2847

Jorge González Sánchez
Mexicano. Maestro en geografía por la UNAM. Técnico académico titular definitivo del Departamento de Geografía Social, UNAM. Líneas de investigación: migración internacional y migración interna. Publicación reciente: Ibarrola-Rivas, M. J., Castillo, G. & González, J. (2020). Social, economic and production aspects of maize systems in Mexico. Investigaciones Geográficas, (102), 1-18. https://dx.doi.org/10.14350/rig.60009



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