Reseña bibliográfica Estudios Fronterizos, vol. 5, núm. 10, 2004, 73-90

La gestión de la cooperación transfronteriza méxico–estados unidos en un marco de inseguridad global: problemas y desafíos


José María Ramos García, Cámara de diputados LIX legislatura–consejo mexicano de asuntos internacionales–miguel ángel porrúa, 2004, 235 pp.


Sheila Delhumeau Rivera*


* Profesora de Tiempo Completo de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la Universidad Autónoma de Baja California, campus Ensenada.
Correo electrónico: sheila@uabc.mx


Tradicionalmente, la dinámica de las relaciones entre México y Estados Unidos no ha estado exenta de conflictos en asuntos estratégicos y tan diversos como la migración, el combate al narcotráfico y el intercambio comercial, entre otros. Con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) y su puesta en marcha en 1994 se avanzaba, aunque de manera limitada, en la formulación de acuerdos y en la creación de mecanismos de cooperación entre nuestro país y su principal socio comercial. Sin embargo, a partir del 11 de septiembre de 2001 inicia una nueva era en las relaciones entre México y Estados Unidos a las que se suma el contexto de inseguridad internacional, que agrega una tensión adicional a las relaciones bilaterales.

En La gestión de la cooperación transfronteriza México–Estados Unidos en un marco de inseguridad global, José María Ramos García aborda los problemas y desafíos que han enfrentado los gobiernos locales fronterizos desde la puesta en marcha del TLC, cuando se vieron en la necesidad de crear mecanismos de cooperación bilaterales cuyos resultados bien a bien no han sido explicados comprensiblemente. Partiendo de la hipótesis de que "un papel eficaz de los gobiernos fronterizos mexicanos, fundamentado en una capacidad gubernamental y en una eficaz gestión intergubernamental (coordinación y cooperación entre los tres ámbitos de gobierno), es una alternativa para reducir las tensiones y conflictos fronterizos, promoviendo en su lugar, procesos de cooperación y planeación transfronteriza con los diferentes niveles de gobierno de Estados Unidos" (p. 11), el autor examina las políticas y los mecanismos de cooperación transfronteriza analizando los casos de las relaciones Tijuana–San Diego en materia de planeación y cooperación y en la cooperación transfronteriza en materia de narcotráfico y de seguridad pública, añadiendo en este caso una revisión más general del caso Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas.

Este libro se inscribe dentro del campo de estudio de la ciencia política, los estudios de administración pública y las relaciones internacionales. En su estructura, el documento consta de cinco capítulos en los que el autor va desarrollando la discusión sobre el tema presentándonos, primeramente, el estado del arte en el desarrollo teórico sobre capacidad y gestión intergubernamental. A continuación José María Ramos analiza el papel de la gestión en las políticas de desarrollo fronterizo en el norte de México a partir del Programa de Desarrollo Regional Frontera Norte, para contextualizar, en los tres últimos capítulos, el análisis de los casos de cooperación transfronteriza y los impactos binacionales de la política de seguridad fronteriza de Estados Unidos en la frontera de estudio.

Es a partir de la actualidad de los problemas que se plantean y los enfoques teóricos con los que se analizan, que este libro realiza sus principales contribuciones. Primero, en la construcción de su objeto de estudio: los gobiernos locales y la gestión pública, ubicándolo dentro de un contexto transfronterizo que trasciende el enfoque convencional del estudio de estos procesos dentro de un marco nacional, y reconociendo la formación de regiones más allá de las limitaciones formales de las fronteras, haciendo suyo el argumento de que las regiones se construyen a partir de dinámicas y procesos particulares que las van delimitando.

En este sentido, el libro destaca la importancia de acercarse a los estudios de la administración pública con una visión transfronteriza, incursionando en una línea de investigación de la que existen pocos antecedentes en estudios de caso en nuestro país. Se mueve dentro del eje que promueve una visión de las fronteras como espacios aptos para la cooperación y la integración mediante el fortalecimiento de las relaciones transfronterizas entre los actores que toman parte en los procesos económicos y de seguridad.

Desde el punto de vista del contexto de liberalización e integración económica para hacer frente a los retos de la globalización, el análisis de los procesos exitosos (o no) de cooperación transfronteriza entre regiones con asimetrías económicas, políticas y sociales, con intereses distintos para la cooperación, se vuelven cada vez más importantes, no sólo en nuestro país, donde hace falta profundizar en las ventajas de las relaciones transfronterizas, sino en otras regiones del mundo donde se han experimentado importantes avances, como en los países europeos donde se empiezan a observar ya los frutos de estas interacciones y de la importancia de incorporar elementos de planeación en el diseño de las mismas. Recientemente, se están incorporando al análisis aquellas cuestiones relacionadas con la seguridad y el fortalecimiento democrático, analizando las concesiones y los acuerdos de cooperación entre regiones, que han fomentado la creación de nuevos marcos institucionales y el reacomodo de los distintos actores y puesto de manifiesto la necesidad de regulaciones específicas para las zonas fronterizas, de acuerdo a sus particularidades.

Otra de las aportaciones que realiza este libro es la recuperación del estudio de lo local, que en el contexto de la globalización se vuelve importante por los elementos que aporta para conocer los beneficios concretos de estos procesos en las comunidades. Desde una perspectiva histórica, se ha tratado a los ayuntamientos como actores sin la capacidad para incidir en las condiciones socioeconómicas de su población, y como entidades prestadoras de servicios y ejecutoras de las decisiones de otros actores nacionales. En ambos casos, la dimensión política del gobierno local resulta irrelevante.

Sin embargo, como menciona José María Ramos, los procesos de descentralización de los últimos años han otorgado a los ayuntamientos tanto capacidad de acción como margen de maniobra, por lo que los gobiernos locales se están apropiando de un rol protagónico, no sólo como el lugar donde se gestiona todo lo relacionado con el espacio urbano y el suministro de los servicios públicos, sino como los principales interlocutores con la ciudadanía. De esta manera, los gobiernos locales van adquiriendo importancia como actores políticos y económicos relevantes, involucrándose cada vez más en el desarrollo de iniciativas para resolver problemas de la comunidad y participando en los múltiples escenarios donde se toman las decisiones que afectarán la calidad de vida de los ciudadanos.

Complementando este punto de referencia, la perspectiva del libro de examinar el papel de los gobiernos locales de dos ciudades fronterizas del norte de México en sus relaciones con sus contrapartidas en Estados Unidos, utilizando el enfoque de las relaciones intergubernamentales (RIGs), resulta un acierto, ya que esta perspectiva provee los instrumentos para analizar el ámbito donde convergen los actores de los distintos niveles y jerarquías gubernamentales en la definición y desarrollo de las políticas públicas, la negociación política y el consenso para gestionar el conflicto intergubernamental. Lo novedoso de utilizar este enfoque en casos de cooperación transfronteriza es que las RIGs permiten entender las interacciones bajo esquemas de cooperación y conflicto entre actores de distintos ámbitos de gobierno, con la flexibilidad de poder incluir en el análisis a otros actores no gubernamentales que participan en estos procesos.

Además de las ya mencionadas, a partir de los resultados de este libro observamos que, a pesar de las disparidades entre los dos países, es posible crear vínculos de trabajo y cooperación entre las zonas fronterizas, pues los problemas que afectan a sus comunidades son compartidos. Por lo tanto, los gobiernos locales fronterizos y las organizaciones nacionales que los unifican son los interlocutores adecuados para desarrollar programas de cooperación transfronteriza. Sin embargo, José María Ramos concluye que para llegar a este escenario es necesario transitar un difícil camino que incluye la reformulación del federalismo mexicano, para dar cabida a una participación más activa de los municipios en un tema tradicionalmente federal.

Sin lugar a dudas, este libro permitirá abrir nuevas líneas de investigación y generar información que permita desarrollar elementos de compa­ración con otras experiencias similares, así como propiciar iniciativas de política pública. La importancia de impulsar los estudios sobre las zonas fronterizas como regiones geográficas y socioeconómicas que se forman a lo largo de la frontera norte en nuestro país es trascendente por el tipo de procesos que en ellas se desarrollan y sus impactos en las comunidades locales y nacionales. Además, dado que la cooperación transfronteriza constituye un poderoso instrumento de integración regional, nos ofrece una oportunidad valiosísima de construir una cultura política de la integración, generada desde la sociedad civil.

El libro de José María Ramos García es, por lo tanto, lectura fundamental para los especialistas, obligada para fortalecer la formación de estudiantes de posgrado en administración pública y ciencia política, e indispensable para los actores gubernamentales que participan de estos procesos, para hacer y pensar en propuestas de política regional y local informadas y sustentadas.