Reseña bibliográfica | Estudios Fronterizos, vol. 15, núm. 30, 2014, 263-266 |
Género y trabajo en las maquiladoras de México: Nuevos actores en nuevos contextos
Eleocadio Martínez Silva*
María Eugenia de la O (Coord.) (2013). México: Ediciones de la Casa Chata, 310 pp.
ISBN: 9786074862119
* Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Correo electrónico: eleocadio14@gmail.com
Como se indica en la presentación del libro compilado por María Eugenia de la O, la obra busca desde una perspectiva de género comprender cambios y continuidades sustantivas en las maquiladoras de México 40 años después de su arribo en la frontera norte del país. Semejante empresa fue realizada por un amplio y heterogéneo grupo de investigadores nacionales en las ciencias sociales, principalmente sociólogos y antropólogos. Cabe mencionar que el libro es producto de una amplia investigación amparada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Dato relevante si se toma en consideración que mucha de la investigación desarrollada por este canal frecuentemente no tiene una circulación, permaneciendo archivada.
El libro, además del rigor académico con el que fue construido, observa una preocupación por la vida de las personas que trabajan en las maquiladoras. Lo cual se expresa al haber reunido artículos que enfrentan la relación génerotrabajo desde diferentes dimensiones: género y envejecimiento; las presencias masculinas en espacios laborales; las “madres solas” en las maquiladoras; el trabajo para los jóvenes obreros en las maquiladoras; la construcción de feminidades productivas; participación sindical femenina; trabajo y vida cotidiana; los hombres y las mujeres en la maquila; el trabajo para los jóvenes obreros. De particular relevancia es el acierto de la coordinadora de haber incluido un trabajo de tipo cuantitativo acerca del empleo femenino en donde la totalidad de las colaboraciones transcurren desde la investigación cualitativa.
Al plantearse una preocupación por identificar los cambios y las continuidades en la industria maquiladora a 40 años de existencia en el país, le agrega información y análisis relevantes al conocimiento acerca del género y trabajo en la maquiladora.
El libro en su conjunto coadyuva enormemente a lo que Luis Reygadas denomina “destejer las redes de la desigualdad”. Ya que ofrece una rica investigación empírica para ahondar en el conocimiento acerca de qué obtienen y qué dejan de obtener las clases sociales, los géneros, los grupos étnicos, las regiones en estos 40 años de presencia de la maquiladora en México. Cómo se distribuyen los bienes valorados como la riqueza, las ventajas, el prestigio, la seguridad, el poder, la estima, los beneficios. Y cómo se distribuyen los aspectos repudiados, como la pobreza, las desventajas, los estigmas, los riesgos, la subordinación, las privaciones.
El libro no solamente está dirigido a académicos sino a un público más amplio interesado en observar las vidas de las personas que trabajan en las maquiladoras en el país. A grupos amplios de la sociedad civil que se interesan por las vidas de los y las trabajadoras.
La lectura de los textos que conforman este libro me llevó a reflexionar sobre temas de gran importancia sociológica y relevancia nacional, como los de la desigualdad social en México. El texto me recuerda, como señala Luis Reygadas, que la desigualdad es multidimensional: porque las diferencias económicas entre las personas se encuentran estrechamente vinculadas con la clase social, el género, la etnia y otras formas de clasificación social. Por ejemplo, en el texto de Jorge Carrillo y Redi Gomis, “El empleo femenino en multinacionales maquiladoras y no maquiladoras de México”, se muestra que en las empresas tanto maquiladoras como no maquiladoras las mujeres siempre están peor pagadas que los hombres.
Esto me dice, siguiendo a Luis Reygadas, que la desigualdad es cuestión de poder: las asimetrías en las relaciones de poder también constituyen un componente de la desigualdad social y son una clave crítica para poder comprender la inequidad entre los géneros, las etnias y otros grupos sociales. Por ejemplo, en el trabajo de Cirila Quintero, “Participación sindical femenina en las maquiladoras de Matamoros”, se da cuenta de la continuidad en la preponderancia de los liderazgos sindicales masculinos en las maquiladoras de la frontera.
La desigualdad no se refiere únicamente a cuestiones económicas, sino que atañe a todos los aspectos de la vida: distribución del dinero y mercancías, la estima, el prestigio, el conocimiento, la salud, la seguridad, las libertades, etcétera. Así, el trabajo de Mireya Scarone, Catalina A. Denman y Leonor A. Cedillo acerca de las experiencias de envejecimiento en la maquila, da cuenta de cómo operan las diferencias de género donde las mujeres casi nunca ascendieron o cambiaron de categoría laboral.
Asimismo, los textos me llevaron a reflexionar, desde una perspectiva de género, sobre ¿quién gana y quién pierde en la globalización? Reflexionar acerca de si las mujeres de las maquiladoras mexicanas enfrentan una mayor desigualdad (política, económica) que sus pares en otras regiones del mundo. Si bien en el libro no se da una respuesta a esta interrogante, en función de sus alcances, hay múltiples evidencias acerca de las malas condiciones de trabajo y derechos humanos que imperan en las maquiladoras localizadas en Centroamérica (véase los trabajos de Luis Reygadas y AVANCO acerca del significado de la maquila en Guatemala).
El libro invita a reflexionar sobre si las mujeres de las empresas maquiladoras enfrentan una mayor desigualdad que sus pares en las empresas no maquiladoras. Según Carrillo y Gomis, las mujeres de las maquiladoras no están peor pagadas que las mujeres que trabajan en empresas no maquiladoras. Las diferencias entre los géneros son menos injustas en las maquiladoras que en el resto de las empresas, nos dicen.
Y agregan que si bien entre las empresas maquiladoras y las intensivas en empleo femenino la probabilidad de no tener representación de los trabajadores es sustancialmente mayor que en sus respectivas contrapartes, cuando comparamos según el grado de intensidad en el uso de fuerza laboral femenina, en las maquiladoras es superior la representación sindical que en su contraparte empresas no maquiladoras (78 a 46%).
Otro conjunto de textos me ubica en la reflexión sociológica acerca de la modernidad latinoamericana analizada por José Nún. En donde los rasgos más marcados son la creciente inequidad de distribución de los recursos, la desigualdad de oportunidades y la injusticia que colocan del lado de la exclusión a inmensas mayorías de la población, y del lado de la integración al mundo globalizado, a cada vez más reducidos grupos de interés.
Así, en el texto de María Eugenia de la O, “Presencias masculinas en espacios laborales femeninos”, se categoriza a los obreros de la maquila como sujetos de la precariedad con experiencias acumuladas pero inútiles para una movilidad social ascendente. Para los hombres y las mujeres de la maquila el proyecto de vida y de trabajo se vincula con la obtención de recursos mínimos de subsistencia.
En el plano de la teoría social, el abordaje fenomenológico implícito está muy bien logrado en el conjunto de los trabajos. En virtud de que dan cuenta en forma profunda del mundo de vida de las trabajadoras de la maquila. Muestran, retomando a Alfred Schutz, un mundo de la maquila construido intersubjetivamente por las trabajadoras y que funciona como un marco común de interpretación. El mundo de vida en la maquiladora es producto de estratificaciones culturales y sociales de los predecesores y que la actual generación de trabajadoras reproduce; es decir, es un mundo de la maquila que heredaron y el cual con sus acciones contribuyeron a reproducir.
Todas las experiencias previas en el mundo de la maquila y en la vida cotidiana son acervo de conocimiento que les permiten a las trabajadoras actuar en el mundo de la maquila. Así, los textos nos dicen que los patrones culturales de interpretación, de valorización y de expresión sirven a las y los trabajadoras como recursos para las faenas y rendimientos interpretativos que negocian una definición común de la situación, en cuyo marco llegan a un consenso sobre algo en el mundo de la maquila. En el trabajo de Zaraí Zamarripa, “A la maquila, no hay de otra”, se da cuenta de los sentidos que otorgan los jóvenes a su trabajo (estudiar, proveer al hogar, tener un consumo individual, adquirir aprendizaje), y la complejidad de los elementos que intervienen en su construcción.
El trabajo de Andrea Zúñiga, “Las madres solas de la industria de la maquila” da cuenta de la significación que estas mujeres le otorgan al trabajo en la maquila: ante antecedentes biográficos plagados de múltiples violencias, estas mujeres solas le otorgan una alta significación al trabajo en la maquila para lograr superarse y aprender.
Finalmente, el valor del texto va más allá de su importancia académica, pues sus trabajos contribuyen a traspasar los muros de la maquila. Al hacerlo, las empresas maquiladoras se vuelven más permeables al tener que escuchar las voces de la comunidad en la que están insertas, así como las exigencias de la sociedad civil de respeto a los derechos humanos y a las condiciones de trabajo de los y las trabajadoras de la maquila.