Reseña bibliográfica | Estudios Fronterizos, vol. 6, núm. 11, 2005, 133-139 |
Traducción como cultura
Bradford, Lisa (compiladora), Editorial Beatriz Viterbo, Rosario, 1997
Yanina Paola Pascual*
* Docente en la cátedra de Literatura Europea Moderna del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina.
Correo electrónico: yanina_ pascual@yahoo.com.ar
Octavio Paz, en su libro Traducción: literatura y literalidad, nos plantea una paradoja: "Frente a la heterogeneidad de civilizaciones", frente a las diferencias en el interior de cada civilización, a la cultura que se parcela a su vez en "culturas" y en un número plural de lenguas y significados, "un movimiento contradictorio y complementario" ocasiona que se traduzca cada vez más. La explicación que el escritor ensaya es la siguiente: "Por una parte, la traducción suprime las diferencias entre una lengua y otra, por la otra, las revela más plenamente" (Paz, 1990: 12). Esta relación entre traducción y cultura es la que sostiene, apuntala y fundamenta la compilación de trabajos realizada por Lisa Bradford en Traducción como cultura.
Directora del Grupo de Investigación "Problemas de la Literatura Comparada" en la Universidad Nacional de Mar del Plata, la autora llevó a la práctica junto con sus colaboradores talleres de traducción literaria en los que surgieron problemáticas relativas al traductor como mediador entre textos y al proceso mismo de traducción. Este debate permitió profundizar tales conceptos, fundamentales en el estudio de las literaturas nacionales y de los lazos que se establecen entre ellas.
El resultado fue este compendio de "acercamientos" particulares sobre la importancia de la traducción como forma de comunicación entre culturas, entre naciones, entre perspectivas y visiones del mundo diferentes, como plantea Rainer Schulte en el prólogo del libro: "traducción no puede ser simplemente la transferencia de palabras a través de los bordes limítrofes de los idiomas, sino más bien el transplante de situaciones emocionales y culturales". Por tanto, volvemos al enfoque inicial: "ya que cada idioma es una manera de ver el mundo", se interpreta, se observa, se transmite desde diferentes ópticas según la lengua del que traduce.
Es interesante destacar el punto de vista planteado acerca de la interpretación como forma de traducción: según esto, toda lectura, en cierta forma, es traducción. A su vez, así como ninguna interpretación es cerrada y definitiva, tampoco puede una traducción "recrear" la totalidad de la obra.
Trece trabajos componen el volumen: trece aproximaciones al concepto primero, trece "versiones" o traducciones de un mismo enfoque, aportando una visión propia a la complejidad que encierra el proceso de trasladar un texto de una lengua a otra. El marco: las distintas formas en que puede ocurrir dicho proceso, ya sea que se trate de una traducción interlingüística, de la traducción de un discurso a un lector dentro del contexto del mismo idioma, o de la traducción desde un sistema semiótico a otro, como en el caso de la adaptación de la literatura al cine.
Asimismo, es importante destacar las distintas formas de recepción del texto traducido por parte de las diversas culturas. En la "Introducción", Bradford alude al problema de la posibilidad o no de la traducción: ¿es posible traducir? Los investigadores que exponen sus posturas en este volumen tratarán de acercarse a una posible respuesta, o a varias.
El primer trabajo, realizado por Fabián Iriarte, tiene que ver con las analogías o diferencias presentes en las distintas traducciones de T. S. Eliot a lo largo de treinta años: desde 1940 hasta 1970, haciendo un relevamiento de las variadas formas de recepción de su escritura en un análisis exhaustivo de la bibliografía existente al respecto. Cada década es caracterizada por el autor bajo un signo particular: en 1930 detallará los trabajos críticos de Borges y su discusión con otros críticos. En 1940, predominarán las traducciones de los ensayos de Eliot, mientras que en la década que sigue continuará teniendo importancia su labor crítica. Durante 1970, Eliot será reconocido por "obras menores" y por una "traducción" de una forma de hacer teatro en verso, importada de Inglaterra por Silvina Ocampo, entre otros. La última década será, para el autor de este estudio, la de las antologías, donde Eliot "convivirá" con otros escritores, de épocas y estilos diferentes.
Bradford analiza en "La transculturación de los juegos de género: La Pasión de Jeanette Winterson" la nueva configuración de convenciones y géneros presentes en el texto, incluyendo esta reformulación dentro de concepto amplio de traducción. Cuatro son los pilares que sostienen su trabajo: en primer lugar, la traducción de convenciones al "idioma posmoderno" (47); en segunda instancia, la narración feminista como ruptura de los roles tradicionales de los géneros y como afirmación de las diferencias entre ellos. En un tercer paso, ahonda en la problemática del libro como artefacto cultural y los efectos que tienen las diferencias editoriales, lingüísticas y literarias de una versión u otra en los receptores del texto. Finalmente, la autora aborda las complejidades que encierra la traducción de La Pasión a otro idioma.
En el siguiente artículo, Adriana Bocchino nos presenta las "escrituras del exilio", no tanto geográfico como interior, y la posibilidad de entenderlas como una estética de quiebre con respecto a las escrituras consideradas hegemónicas, o en sus mismas palabras, "oficiales". Esto se relaciona con el problema de la representación y la relación con los referentes en esas escrituras, tema clave para las "escrituras de la traducción", en donde no existe un referente único y deben tomarse decisiones interpretativas fundamentales.
En el cuarto trabajo, Ana Porrúa analiza las relaciones que se establecieron entre el discurso peronista y el discurso literario en la Argentina. Partiendo de las teorías de la semiósfera de Lotman, la autora se interroga acerca de la porosidad o permeabilidad de estos "dos mundos", peronismo y literatura, realizando un estudio detallado de la posición de algunos escritores acerca del discurso peronista. La autora indaga quiénes negaron en su literatura una relación entre ambos sistemas, para describir después cómo Leónidas Lamborghini, entendiendo que ambos sistemas, discurso literario y peronista, pueden dialogar entre sí, le otorgará al segundo la oportunidad de ser traducido. Lamborghini será un traductor bilingüe, ubicado entre ambos sistemas a través de una escritura vanguardista.
Los análisis que siguen son producto de diálogos alrededor de una mesa realizados en la Villa Victoria de Mar del Plata, cuyos protagonistas fueron traductores.
En ese contexto, Diana Bellesi nos acerca a las particularidades inherentes a la traducción de poesía, desnudando el proceso en todos sus aspectos. En "Género y traducción", la autora nos cuenta su propio trabajo con poetas norteamericanas del siglo XX, caracterizadas por Bellesi como "fuera de la ley": fuera del canon, de lo ya establecido. Desarrolla, por un lado, la singular visión propia de la subjetividad femenina, originada por el lugar que la mujer ocupó históricamente. Por otro lado, posiciona a la poesía como el género en el cual se observa de un modo extremo "la paradoja de la traducción", como una actividad que establece relaciones, pero a su vez "traiciona" al ocultar aspectos de la lengua y la cultura original que nunca podrán ser "vertidos"a otro idioma.
John Timothy Wixted indaga la relación profunda que existe entre las actividades del escritor y del traductor. Para esto se referirá a dos escritores japoneses que al mismo tiempo desarrollaron una amplia tarea como traductores: Mori Ogai y Tanizaki Jun´ichiro, ambos del periodo moderno de la literatura en Japón. Destaca cómo influyeron los trabajos de traducción sobre sus propias obras literarias. Asimismo, Ogai colaboró en la traducción de numerosas obras de la cultura europea, enriqueciendo la propia.
En "Traductores: atrapados por su destino", Miguel Wald aborda la traducción de un texto a otro medio que no es la literatura: el cine. Analiza dos tipos de traducción y sus implicancias: el traslado de un guión al cine, y por otro lado, de una lista de diálogos al mismo medio. No es la palabra lo que importa en el cine, sino la imagen: las tareas de doblaje requerirán, por lo tanto, complejas síntesis para adaptar y trasladar los diálogos a la pantalla sin desplazar lo visual del centro de la escena.
Márgara Averbach, desde su experiencia como traductora, expone los aspectos que tiene en cuenta a la hora de desplegar su actividad en relación con sus trabajos sobre novelas y cuentos de autores indios. Estas traducciones serán diferentes de acuerdo a los receptores de los textos y a la cultura en que van a insertarse. Analizará la problemática de las notas al pie y las aclaraciones en el texto, al igual que la elección personal que ella hace de una de esas opciones, desarrollando argumentos a veces contrapuestos con pautas editoriales, pero con un objetivo claro: facilitar la comprensión de la cultura de estos escritores.
Nicolás Dornheim reúne unas cuantas preguntas que considera centrales en la discusión sobre traducción literaria. Una imaginaria situación de entrevista hace de este trabajo una forma amena de esclarecer ciertos aspectos fundamentales acerca de la historia de la traducción en Argentina, así como también relativos a la crítica de dicha actividad. Como especialista en literatura alemana del siglo XIX, Dornheim introduce al lector en el tema de la recepción actual de la literatura escrita en esa lengua y de la frecuencia cada vez menor de traducciones al español.
En "Traductores en Sur: teoría y práctica", Patricia Wilson toma como punto de partida dos aspectos de los tantos que abarca la actividad de traducción. Por un lado, trata de superar la mirada prescriptiva o normativa de algunos críticos sobre las traducciones. Por otro lado, relaciona dicha tarea con lo institucional a través de la Editorial Sur, a la que caracteriza como "lugar de producción de las grandes traducciones de la literatura argentina" (134). Analiza, así, traducciones y metadiscursos sobre la traducción producidos por los integrantes de Sur y se cuestiona el papel o la función de las traducciones dentro de las literaturas nacionales.
David Foster, por su parte, escribe sobre las relaciones entre el español y el inglés en el contexto de los Estados Unidos, insertas en un marco complejo de bilingüismo y multiculturalismo. Despliega en su trabajo los prejuicios que relegan al español a un lugar marginal, el cual hace difícil la tarea del traductor de textos del inglés al español en ese país; esto se debe a políticas específicas de traducción que pretenden "neutralizar" la representación de la cultura latinoamericana en los Estados Unidos. Reflexiona acerca de la necesidad de tener en cuenta, a la hora de traducir, la relación estrecha que existe entre lenguaje y cultura, y demuestra cómo las políticas de traducción, en este caso, consideran sólo un dominio cultural como involucrado en el proceso: el de la lengua de origen.
En el penúltimo trabajo, "Traducción y pluralismo cultural", Miguel Ángel Montezanti reflexiona sobre el proceso de traducción enfocándolo desde su mismo origen: la diferencia o distancia entre culturas. Este hecho, lejos de perjudicarla, enriquece una traducción. Por otra parte, el autor señala la falta de "inocencia" que existe en toda traducción, y cómo la actividad de quien media entre textos puede compararse con la del autor a causa de las decisiones interpretativas que tiene que tomar.
El último artículo cierra el círculo en el punto en donde se inició la reflexión: la problemática de la traducción en el marco de la distancia entre culturas. La paradoja inicial: ¿se puede traducir?, encerrada en un texto de ficción: "La Busca de Averroes" de Jorge Luis Borges. RomanoSued analiza la crítica dentro de la ficción a partir del modelo de Genette: ficción como crítica y como metaliteratura. En este caso, Averroes intentará desde su cultura traducir a Aristóteles, y se enfrentará a conceptos ajenos a su contexto como la tragedia y la comedia, problematizando así la actividad del traductor. La autora, de esta manera, cerrará el volumen con un análisis profundo sobre la teoría literaria presente en el texto de Borges y las implicaciones de la tarea de traducir.
George Steiner compara las traducciones de un escrito con ejecuciones musicales; la relación entre ejecución y obra original es, a la vez, reproductiva e innovadora (Steiner, 1980: 43). De la misma manera, RomanoSued nos sitúa en un punto de equilibrio con respecto a la paradoja inicial: con cada traducción se gana y se pierde algo. Ese "algo" no puede ser retransmitido en forma completa; a su vez, la cultura receptora se enriquece con dicha reescritura. La tarea de traducir comienza con la búsqueda del otro desde la experiencia de la propia cultura.
Este libro muestra las intrincadas relaciones entre sistemas culturales, pensando la otredad desde una perspectiva más amplia. Permite, en definitiva, traducir la diferencia.
Obras citadas
Paz, O., 1990, Traducción: literatura y literalidad, Tusquets, Barcelona.
Steiner, G., 1980, Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción, FCE, México.